$ 6.000 es el costo que cobrarán los que perciben el haber mínimo. Para los que cobran un poco más, la cifra va a ser algo menor. El anuncio podría ser llevado a cabo por el Mandatario Alberto Fernández.
El bono a los jubilados y pensionados podría ser de hasta $ 6.000 y comprenderá a los que ganan el haber mínimo o menos.
El pago extra busca indemnizar la pérdida de poder adquisitivo ya que la inflación está resultado superior a los aumentos determinados por la fórmula de ajuste de las jubilaciones.
Esto quiere decir que abarcaría a unos 5 millones de jubilados y pensionados, incluyendo las pensiones no contributivas (pensión por invalidez, por vejez, etc) y la PUAM que perciben el 70 y 80% del haber mínimo, respectivamente.
De esta forma los que cobran el haber mínimo- hoy de $ 32.630- percibirán a lo largo de abril $ 38.630. Y los que ganan entre $ 32.630 y $ 38.630, percibirán un bono hasta conseguir los $ 38.630.
Ejemplificando quien gana $ 35.000, el bono va a ser de $ 3.630, para no permanecer por abajo de los que ganan el haber mínimo. El mismo método se aplicó una vez que se otorgaron bonos en 2020 y 2021.
Consultado si en mayo se repetirá el pago de aquel bono, ya que el próximo incremento conforme con la fórmula de movilidad es en junio, en el Gobierno respondieron que se irá “paso a paso” según como vaya evolucionando la inflación.
Con los datos de inflación del primer trimestre, la idea del bono partió de la ANSeS .
Es que el primer incremento trimestral de las jubilaciones, pensiones y prestaciones de 2022 ha sido del 12,28% para el lapso marzo-mayo.

Y los datos de inflación de marzo, que podrían ubicarse en torno del 5,5%, son mejores al 4,7% de febrero y 3,9% de enero. Además, los alimentos básicos- que en más grande proporción consumen los individuos y familias de bajos ingresos– habría incrementado entre un 18 y 20% en el primer trimestre.
A la pérdida del poder de compra de dichos meses, de no otorgarse ningún bono, se añadiría que jubilados y beneficiarios de prestaciones sociales deberán aguardar hasta junio para comenzar a cobrar el siguiente incremento, sin ni una indemnización por la pérdida del primer trimestre y la suba de los costos de abril y mayo.
A diferencia de 2020 y 2021, una vez que no existía el consenso con el Fondo Monetario Internacional, este año explícitamente el Fondo ha señalado su disconformidad con el otorgamiento de aquel tipo de bonos. Por esa razón, anoche, en una junta particular, se hizo que el ministro Martín Guzman diera su asentimiento a la firma del decreto.
El informe del pasado 25 de marzo del Staff del Fondo Monetario Internacional dice: “Los aumentos previsionales seguirán determinados por la fórmula de movilidad… (pero) tienen que evitarse las subas discrecionales de las jubilaciones y pensiones debido a que tienen la posibilidad de socavar las metas fiscales y la sostenibilidad del sistema”.
Los aumentos discrecionales o por fuera de los que emergen de la fórmula de movilidad son los bonos que el Gobierno ha ido otorgando en dichos 2 años para indemnizar solamente a los de haberes más bajos las pérdidas frente a la más grande inflación.
Es que la fórmula trimestral de movilidad combina la suba de los salarios y de la recaudación, sin garantía o indemnización si la inflación resulta preeminente.
Después de la profunda caída del poder adquisitivo previsional entre septiembre de 2017 y diciembre del 2019 del 19,5%, con los aumentos diferenciados por decreto de 2020 (de entre el 24,3 y 35,3%) hubo una caída adicional para los haberes medios y más elevados de hasta el 8,9%.
Tanto en 2020 como en 2021, por el retraso ante la inflación, el Gobierno otorgó bonos solamente a las jubilaciones y pensiones más bajas, que no se integraron a los haberes, a medida que lo demás sigue cargando el deterioro pleno que arrancó en septiembre de 2017.
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