Cuando las TED Talks, las conversas más populares del planeta, prometían «un convidado sorpresa» a sus más de mil millones de espectadores, no estaban bromeando: pum, el Papa Francisco, mudando el altar por la videoconferencia, y a la congregación católica por la masa sedienta de ideas de Internet. Compartiendo espacio digital con Elon Musk, Sosiega Williams o bien Gary Kasparov.
Llevar a la mayor autoridad religiosa del planeta a compartir sus ideas fuera de su iglesia ya da una estimación de en lo que se han transformado las TED. Y eso que que en la primera TED Talk de mil novecientos ochenta y cuatro no hubo decenas y decenas de millones de espectadores on-line. Ni un Papa. Ni tan siquiera existía Internet como la conocemos el día de hoy. En esa charla motivacional se charló, entre otras muchas cosas, de 2 inventos revolucionarios: el Compact Disc y el primer Mac de Apple. La idea de hablas de un máximo de dieciocho minutos sobre la convergencia de Tecnología, Entretenimiento y Diseño (TED), no funcionó, y hubo que aguardar 6 años para lograr el dinero con el que procurarlo nuevamente.
Desde ese momento, desde mil novecientos noventa hasta el día de hoy, todo género de soñadores, científicos, políticos, empresarios, artistas o bien simples ordadores con algo que decir han pasado por su conferencia anual a compartir sus ideas. Expandida ya a decenas y decenas de países bajo el paraguas TEDx y con la misión, acuñada en mil novecientos noventa y seis, de
«prohijar la propagación de grandes ideas. (…) De ofrecer una plataforma a pensadores, soñadores y maestros con la que la gente de todo el planeta pueda entender mejor los temas esenciales que encara el planeta, y nutrir el deseo de contribuir a crear un futuro mejor. La idea central de nuestros objetivo es la creencia de que no hay una fuerza motriz pero capaz de convertir el planeta que una idea poderosa».
Que está bien, mas la idea de una conferencia anual que abarque muchas charlas motivacionales no semeja contribuir mucho a esa meta: es algo elitista, de acceso limitado (y de pago), donde prima el networking. El giro vino cuando, en dos mil seis, decidieron colgar las conversas en Internet, para todos. De manera gratuita. 6 años después, ya tenían más de mil millones de espectadores. El día de hoy, el enorme acontecimiento anual #TED2017 apunta dónde se encuentra el ahora global. Mas no por sus Papas y sus Sosiega Williams, sino más bien por las más de dos mil setecientos hablas que cobijan. Acá te presentamos sus veinticinco conversas más vistas, muchas de ellas sin un nombre conocido detrás. Mas todas y cada una con lo que importa: ideas fascinantes.
veinticinco. – Las mejores estadísticas que has visto jamás, por Hans Rosling
La presentación de datos complejos puede ser un tema bastante desganado… Cuando menos, hasta el momento en que este líder de las estadísticas tuvo la idea de hacerlo tal y como si fuera un comentarista deportivo.
veinticuatro. – El riesgo de una sola historia, por Chimamanda Ngozi Adichie
La autora del esencial ensayo ‘Todos habríamos de ser feministas’ habla acá de la necesidad de percibir todas y cada una de las voces posibles para poder hacernos una idea del complejo planeta en que vivimos.
Reproducciones: Más de doce millones.
¿Deseas verla?
veintitres. Tu elusivo genio creativo, por Elizabeth Gilbert
Cualquiera puede tiene dentro el potencial para ser un genio, o bien por lo menos eso es lo que asegura esta reputada escritora estadounidense. Su charla, llena de detalles autobiográficos, es tan inspiradora como apasionante.