En un despliegue de pasión y tradición, la ciudad de Tandil ha vuelto a superarse a sí misma, reconquistando el prestigioso título del salame más largo del mundo.
Este logro culinario no solo marca un hito en la historia gastronómica de la ciudad, sino que también refleja el espíritu de una comunidad que celebra su bicentenario uniendo fuerzas en una celebración de sabor y herencia.
Tandil y su Compromiso con la Excelencia Chacinada
El Festival Chacinar de este año, coincidiendo con el bicentenario de Tandil, fue el escenario perfecto para que la ciudad reclamara su título, presentando un salame de una longitud impresionante de 310,69 metros y un peso de 500 kilos, elaborado con 700 kilos de carne fresca.
Tras haber cedido el récord a Oncativo, la determinación de Tandil se hizo presente, y la medición oficial realizada por la escribana Marcela Lorea confirmó el triunfo. La ciudad no solo alcanzó su objetivo, sino que superó todas las expectativas previas.
La Tradición que Une a Tandil
El Consejo de la Denominación de Origen del Salame de Tandil, integrado por familias productoras, ha sido el motor detrás de esta iniciativa que comenzó en 2014 y que ha ido creciendo año tras año. Es un esfuerzo colectivo que pone en valor no solo el salame de Tandil sino también su producción porcina y la propia ciudad.
La Denominación de Origen no es solo un título; es una promesa de calidad y autenticidad que diferencia al salame tandilense de cualquier otro. El Intendente Miguel Lunghi lo subraya con orgullo, asegurando que Tandil se destaca tanto por la longitud de su salame como por la excelencia del mismo.
Un Esfuerzo Comunitario
La logística detrás de la elaboración del salame más largo del mundo fue monumental. Se necesitó un camión y una grúa para su traslado, y más de 50 voluntarios colaboraron para llevarlo al escenario del festival.
El salame fue el centro de la celebración, compartido para degustación durante el festival y distribuido entre establecimientos locales. Además, algunos metros se destinaron a la solidaridad, siendo subastados para recaudar fondos para la comunidad.
El salame de Tandil ha vuelto a inscribir su nombre en los anales de los récords mundiales, y con ello, ha reforzado la identidad de una ciudad que se enorgullece de su herencia culinaria.
Este logro representa el espíritu colaborativo y la excelencia que caracterizan a Tandil y su gente, mostrando al mundo que la calidad y la tradición van de la mano en esta tierra de sabores.